30 sept 2009

Muñequita...



Muñequita...

Hay muñequitas lindas de carne y hueso, y luego están las muñecas, que todas o algunos han tenido alguna vez, a mí siempre desde niña me han gustado las muñecas, y peluches, en la actualidad, me siguen gustando, por ello, aquellos que me conocen bien, como por ejemplo mis hijos, de vez en cuando me suelen regalar o bien alguna muñeca, pero casi siempre son peluches. Hoy estaba pensando en ello, cuando recordé el haber escrito algún cuento sobre una muñeca, pero como soy puro despiste, no lo he encontrado por ninguna parte, por lo tanto después de esta perorata, voy a escribir un cuento que va a llevar por título: Muñequita.

Hay niñas que tratan a sus muñecas con: dulzura, ternura y primor, juegan con ellas imitando; a sus madres, tías, abuelas, y sin saberlo se están preparando para ser futuras madres, algunas han de llegar a serlo y otras no, pero lo importante es aprender esos buenos sentimientos, para luego saber transmitirlos. La muñequita de nuestra historia, no tenía mucha suerte con la niña, que le había tocado, porque era de esos seres desalmados, que nada le importan los demás, era justamente de esas personas, que siempre están malhumoradas, y en lugar de disfrutar jugando con sus muñecas o amistades, hacía todo lo contrario, siempre se estaba quejando de su suerte, y pagaba su mal genio con los demás, y hete aquí que la muñequita de nombre, Luz, pagaba todos sus desmanes, no servia para nada, las recomendaciones de su buena madre, padre y todos aquellos que conformaban su entorno, no, siempre mal encarada y si podía hacer daño mejor que mejor.

La muñequita, Luz, había llegado un día, al hogar de esta terrible, niña, de nombre, Perla, ya veis que nombre tan lindo, para una niña tan mala... Hizo su entrada en el hogar de Perla, porque a su mamá le gustó mucho y se la compró, para ver si así, le iban entrando los buenos consejos, y los ponía en práctica con su muñeca, pero no fue así, a los poquitos días, Luz, ya no era aquel primor de muñeca, ¿por qué?; os preguntaréis, la respuesta es que Perla, la había arrastrado por el suelo, la zarandeaba cuando le entraba el mal genio, y Luz, tenía el vestido roto, casi no le quedaba pelo, y lo más triste, se había quedado sin ojos.

En el hogar de Perla, había una señora, Piedad, que ayudaba hacer las tareas domésticas del hogar, y tenía una hija de la edad de Perla, al ver a la muñequita en el cubo de la basura, porque en uno de sus arranques de furia, Perla, la había echado allí, la recogió, y pidiendo permiso a la madre de la niña, se la llevó a su casa. Era una casa humilde, pero no por ello dejaba de estar bien arreglada, y se estaba a gusto, era un verdadero hogar, donde se aprendía de todo: a leer, ser educada, escribir, modales, pero por sobre todo, buena persona, al igual que en casa de Perla, porque su madre así lo había intentado una y otra vez.

Al llegar en tan mal estado, la hija de Piedad, de nombre, Tessa, se quedó muy impresionada, al ver el estado de la muñeca, su madre, Piedad, le explicó el porqué, y Tessa, no daba crédito, no podía entenderlo... Le daba una y mil vueltas, y su madre la tranquilizaba, pero ella sufría, porque no entendía que pudiesen existir personas así. De momento, baño a Luz, le hizo vestidos, que su madre le había enseñado a hacer e incluso alguna chaqueta de punto, porque había aprendido a calcetar, y todos sus conocimientos, los puso al servicio de poder arreglar aquellos desperfectos ocasionados, en la muñequita, Luz. Como su madre no tenía mucho dinero, era viuda, tuvo que pasar tiempo, hasta que a la muñequita la llevaron a una tienda, donde se reparaban las muñecas, para ponerle unos bonitos ojillos, mientras tanto, Tessa, era la luz de la muñequita. Ya veis se llamaba Luz, pero no podía ver.

Un día cuando Tessa, ahorro lo suficiente, con lo que su madre, le daba de paga, llevaron madre e hija, a la muñequita a una tienda, para ser reparada, pero el señor que la tenía que arreglar, se olvidaba día tras día de ella, y que mal lo pasó nuestra muñequita, porque madre e hija se tuvieron, que ausentar de la ciudad, para ir a cuidar a la abuela de Tessa, que se había puesto enferma, así iban pasando los días, y cómo se acordaba Luz, de la niña a la que tanto quería. Al ser muñeca no podía hablar, ni quejarse, y ni tan siquiera podía llorar, porque en lugar de ojos tenía unas cuencas vacías.

Por fin al ponerse bien la abuela de Tessa, volvieron a la villa, y ésta lo primero que hizo fue ir a la tienda, poniéndose muy triste, porque al señor Julián se le había olvidado su muñequita. Sin embargo salió de allí muy contenta, Julián, le prometió que a última hora de la tarde, ya la tendría arreglada, como así fue.

Qué linda lucía ahora Luz, con unos ojos negros preciosos, y lo curioso es que parecían, fuesen de verdad, de tal brillo que desprendían. Así, Tessa, después de volver del colegio, se encontraba con su bonita muñeca, pero un día a la atardecida, llegaron a su hogar, su madre Piedad, acompañada, de la niña, Perla, que aunque linda por fuera, era fea por dentro. Tessa, la recibió bien, pero no entendía que hacía allí... aquella niña que había tratado tan mal, a Luz, y encima venía con una pequeña maletita, a Piedad, no le había dado tiempo de explicar a su hija, que los padres de repente por la muerte de un familiar, tuvieron que ausentarse de la ciudad.

Y aquí empezó el calvario de Tessa, y su muñequita, Luz, porque Perla delante de la madre de Tessa, se comportaba bien, pero día a día le hacía la vida imposible tanto a la niña como a su muñeca, era muy falsa, y Tessa, nada quería decir, no era una niña chivata, y aguantaba, vaya si aguantaba, hasta que un día no pudiendo más le dio una buena tollina (paliza), la verdad se la estaba buscando, al llegar a casa su madre Piedad, no daba crédito... de lo que había hecho su hija... Pero como era una persona justa, escuchó a ambas partes, sobre todo sin alterarse y con toda tranquilidad, y sabéis qué aconteció, lo más sorprendente, que os podáis imaginar, la niña Perla, pidió perdón, y desde aquel día se convirtió en una niña: dulce, tierna, para con todos los demás...

No es bueno, ni aconsejable: pegar, levantar, la mano, si se puede dialogar, pero como podréis observar, por la historia, a veces viene bien sacar la mano a paseo, porque hay personas, que sólo saben: fastidiar, herir, hacer mal, y en este caso no quedaba otra solución, por lo tanto, Tessa, ejecutó, y le salió bien la tollina (paliza).

No hay como el diálogo, en todo aquello que se dé en nuestras vidas, pero a veces...


Nota aclaratoria: Que nadie se asuste, de mi pequeño cuento, porque bien sabe dios, que soy pacífica, pero una vez se dio un caso parecido al de la historia, y surgió efecto.




sercub1962

27 sept 2009

¿Dónde estás justicia?...




¿Dónde estás justicia?
¡Qué no te veo!
No huyas, no te escondas,
¿te asustas acaso de mí?,
¡ven!, te necesito.
¡El mundo, va mal, sin ti!

¡Ah! Me habías asustado,
ya estás aquí,
creía, que no, me oías.

Has llegado,
con el aroma del amanecer,
tu canto huele a rocío,
y en el nos cobijamos.

Salí en tu búsqueda,
y te hallo danzante,
con los unicornios azules,
al otro lado del bosque,
custodiada por los duendes.

Eres como pétalo de rosa:
delicada, honesta, juiciosa,
y debajo de tu manto,
nos sentimos a salvo.




SajoPC

22 sept 2009

Gotitas de agua...



Somos como pequeñas gotitas,
una, a una, van conformando
nuestra esencia,
calando con dulzura,
donde tienen que calar.

Bailando al compás,
de nuestra vida,
donde podremos hallar:
inquietudes, angustias, injusticias,
aspiraciones, anhelos, dicha,
alegría y paz.
Todo ello es el vals de la vida.

Gotitas que resbalan,
bien, por nuestra ventana,
que discurren unas pegaditas a otras,
después de unas lindas lluvias,
que purifican las veredas,
que conducen nuestra senda.

Una gotita sola no es nada,
pero varias unidas,
hacen más llevadero el camino.
Ése en el que todos tenemos cabida.
¡Qué hermoso es caminar en compañia!
No sintiéndonos tan solos.

Cada gotita tiene su cometido,
su quehacer en nuestro mundo,
pero siempre unidas y en dulce armonía.
Así pudiendo unidas a las demás,
vencer contra toda injusticia,
que sabemos que se da.

Sé que todas unidas,
un día, alcanzaremos, toda justicia,
que ansiamos con toda humanidad.
Gotas unidas brincando de alegría,
porque habrá desaparecido toda maldad.





janocI2010

21 sept 2009

No hay mal que por bien no venga...

No hay mal que por bien no venga...


El refranero suele ser muy certero, pero sin embargo, nunca pude aceptar este refrán: "No hay mal que por bien no venga..." Explicaré porque pienso así, además lo hablaba con un amigo, más que hablarlo nos lo escribíamos y, me preguntó al respecto. ¿Qué piensas me dijo? Entre unas cosas y, otras, lo mezclamos con la inclinación que siempre tuve, no pudiendo ser, por la docencia, de hecho a la edad de 49 años estudie primero de magisterio, él es licenciado en Filosofía y Letras. De ahí que nos sintieramos tan cómodos hablando sobre cómo se imparte hoy en día la educación.

Primero empezaré diciendo con un ejemplo, porque para mí no es válido dicho refrán y lo haré a través de un hecho real.

Quería hacer una reflexión sobre el refrán que dice: "No hay mal que por bien no venga"; hace unos días lo empleaba yo con la hija de mi vecina, puesto que tiene tan solamente dieciocho años, es madre soltera por un desliz que tuvo, el padre de la criatura no ha querido saber nada, la muchachina lo está pasando muy mal, pero al mismo tiempo ha logrado ser muy responsable antes era, lo digo sin tono peyorativo, ligera de cascos, ahora al tener a su hijo, ha tenido la valentía de tenerlo... se ha vuelto muy responsable, buena madre, ha retomado sus estudios. Por eso le dije lo del refrán. Pero en mi interior sabía que era una manera de contentarla, puesto que en lo más profundo de mí... nunca he estado de acuerdo con ese refrán... ya que suena como a consuelo de bobos y no lo digo en mal tono.

Siempre he sido una persona muy luchadora y he hecho todo lo posible para conseguir aquello que he querido. Unas veces lo he conseguido, otras la vida no me ha dejado y ha dado al traste con mis propósitos, pero es algo con lo que siempre debemos de contar, la realidad a veces de una manera cruel se impone... si hemos luchado en lugar de permanecer impasibles, eso es lo que realmente cuenta, no somos dioses y no todo lo podemos conseguir. A veces priman más otras cosas, hemos de dejar a un lado nuestras ambiciones, por ello no tengo, porque estar resentida, me duele no haber podido alcanzar aquello que he ansiado de una u otra manera. Las circunstancias a veces, no nos dejan llevar a cabo aquello que desearíamos... No tengo a lo mejor aquello que tanto anhelaba, pero quizás obtuve otras compensaciones. Esto ya pertenece a mi intimidad...

Me hubiese gustado dedicarme a la enseñanza, no pudo ser... me tuve que poner a trabajar a los diecinueve años. Siempre me gustó la docencia, puesto que desde muy niña me gustaba explicar a mis compañeras, tenía mucha paciencia, luego lo pude practicar con mis hijos, es más, desde los once años hasta los trece que estuve de forma continúa en Santa Isabel, iba a una academia privada donde iban niños, desde párvulos hasta los once años, yo era la mayor, la profesora siempre estaba enferma.. por lo que yo daba clases a treinta niños, lo sabían todos los padres, la última en enterarse fue mi madre, lo contenta que yo estaba a final de curso ya que todos los niños tenían que ir a un lugar oficial para hacer los exámenes y aprobaron todos, inclusive mi hermana que era muy mala estudiando... pero yo suspendí, porque la profesora no pudo enseñarme por su enfermedad. Mi vocación estaba en la enseñanza, eso me apena, pero así es la vida... Intenté convencer a mis padres pero no pudo ser, me costó lágrimas. Y todavía lo llevo grabado. Creo que hubiese sido una buena maestra, además me gustan mucho los niños. Por eso, cuando estuve interna seis años siempre explicaba, a las de mi curso y a otros cursos, es algo que me encanta hacer y cuando conseguía ser entendida, ver que gracias a mí... mis alumnas (de alguna manera eran mías) aprobaban que feliz me sentía. En los veranos de algunos cursos, más bien los últimos, las religiosas me llamaban para dar clases en aldeas muy alejadas, es decir aldeas de alguna manera un tanto remotas... allá en La Coruña. - Aquí le escribía a mi amigo - "Por eso cuando supe que tú eras licenciado en Filosofía y Letras no entendía como no habías seguido por ahí... pero luego me explicaste del reparo que te daba enseñar en los colegios".

Aquí os dejo su sentir sobre la educación de hoy en día:

"Puedes estar muy tranquila, tus reflexiones sobre el refrán fueron lúcidas y acertadas. Tú misma lo puedes comprobar en este reenvío". Comparto todo lo que dices sobre la enseñanza. Hubo un tiempo en que fue mi gran vocación y mi objetivo en la vida. Empecé a dar clases particulares muy prontito, desde los catorce años y me encantaba hacerlo. Supe ya entonces que era eso lo que me gustaba. Y la verdad es que he estado dando clases hasta hace relativamente poco. Eso sí, en alguna academia y sobre todo a nivel particular. Porque, Maite, lo que realmente me llenaba eran las clases particulares. Era como retomar la antigua enseñanza clásica, aquella que se establecía entre maestros y discípulos. Aquella en que se compartía mucho más que el contenido de un saber, se compartían sentimientos, actitudes, inclinaciones, anhelos, ilusiones, esperanzas, inconvenientes, y tantas y tantas cosas que llenaban tanto el espíritu del conductor como de los conducidos. Lamentablemente, eso no es así en la actualidad. No existe esa comunicación profesor-alumnos en las aulas. Se trata de adquirir notas, títulos, etc. No es el tipo de enseñanza que a mí particularmente me interesaría. Por otro lado, resulta evidende la pretensión de los actuales y diferentes gobiernos de encauzar la enseñanza hacia la tecnología, hacia la tan manida competitividad, a crear personas que no piensen demasiado en otras cosas que no sea lo material y que discutan lo menos posible sus reglas impuestas a golpe de legislación. No, Maite, no me gusta demasiado la enseñanza de hoy. Claro que hay excepciones. Como en casi todo. Pero que no pretendan venderme que hoy la enseñanza ha mejorado sustancialmente tan sólo porque se ha suprimido el rigor muchas veces exagerado de los profesores. Muchas fichas, mucha enseñanza curricular, mucho cuadro psicotécnico, evaluaciones, diagnósticos... pero de formación ética y espiritual... qué poquito...".

Aquí os dejo el sentir de ambos al respecto. Es nuestra opinión, podemos estar equivocados, pero no por ello dejo de expresarlo.


Os dejo una canción de Joan Manuel Serrat "Esos locos bajitos..." Para mi la canción de este cantautor encierra mucha verdad...




Serrat - Esos locos bajitos
marchesesilvana

19 sept 2009

Es el poema sorpresa...



Es el poema sorpresa
donde depositamos el alma,
el sentir, resto de la memoria,
el comienzo de cada día,
la claridad de la mañana,
que entra por mi ventana.

No sé si será en la mañana,
el sol o la brisa,
perfumando la estancia,
quien me traiga,
el sentimiento cargado de dicha o añoranza.

El poema habla.
Se va vistiendo de amores,
encuentros, hallazgos,
palpito de ilusiones,
haciendo a uno vivir.

El poema se tiñe
de sentires,
melancolía en sus versos,
renaciendo en cada instante,
una y otra vez.

La palabra, la trae, el viento,
cálido de la mañana,
así escucharla con toda algarabía,
en un momento volviéndose eterno.

El poema, es sorpresa, hecha palabra,
verso a verso para llegar,
a ti, a través, del susurro,
que lleva el viento,
en cada letra que vuela,
directamente hacia tu estancia,
del uno al otro confín.




lamariblanca


16 sept 2009

Todavía Creo...



Creo en el Amor.
Es el que todo lo puede,
sólo así se van de nosotros:
rencores, odios, recelos.
Hemos, de amar a todo, y a todos,
menos, a aquellos, que nos hacen mal.
Son chinitas, que hemos de apartar,
en nuestro caminar.


Creo en cada nuevo día,
y al levantarnos,
es renacer de nuevo a la vida.
Cuando nos acostamos,
es como si muriésemos a todo,
para comenzar de nuevo:
ilusiones, anhelos, esperanzas,
despedidas, encuentros.


Cada mañana, doy comienzo, a mi vida,
caminando por nuevas veredas.
Pasito a pasito, con seguridad.
Como conquistando terrenos vírgenes
y en campos fértiles que cultivar.


Así, voy caminando, transitando,
cada vez al despertar.
Olvidando los lazos del ayer,
para nacer nuevamente a la vida,
invitándome a vivirla.




lamariblanca

14 sept 2009

La Esperanza...



La Esperanza...

Acude, a mí, la esperanza,
mi hora, elegida, es, a la amanecida.
Me seduce fundirme en ella.
A esa hora; es cuando diviso el horizonte,
en total nítidez.

Es entonces, cuando mana, como fuente:
mi alegría, calma, sosiego, con total, candidez.
Juntas vivimos los primeros destellos,
se va yendo toda sombra,
tiñiendo todo de luz,
en la cual me veo envuelta,
y me siento, acurrucada.

Es cuando los sentires,
se me muestran, en todo, su esplendor.
No hay miedos, todo es:
algarabía, emoción,
hermosos recuerdos,
volviendo así ellos,
siendo nuevamente: renacidos y vividos.

Es sentir, dentro de mí, de nuevo,
todo aquello que tenía agazapado,
y no dejaba salir.
En esos momentos me siento libre.
Sueño, me ilusiono, anhelo,
y me siento feliz.

Los primeros rayos de la aurora,
van despuntando al nuevo día,
iluminando esas horas,
que la vida nos otorga,
miro, al nuevo día, con ganas.

Observando un mundo,
que me ve, veo, y nadie más ve,
porque es mío... tuyo.
Y nadie debe saber.

Me siento río,
en busca de mi mar,
o barquita a la deriba,
en busca de su capitán.
Mientras el mundo,
sigue su curso,
yo voy con el a la par,
en busca de mi libertad,
y felicidad.


saks61

13 sept 2009

Escribir por Escribir...



Escribir por escribir...

Me gusta mucho escribir, la verdad hoy no sé a ciencia cierta, que saldrá de mi teclado, solamente puedo iniciar diciendo que me siento: Contenta, relajada y feliz... Verdaderamente no sé el porqué, pero así me siento... o quizás sí lo sé... Eso me hace dichosa y tal vez por ello escriba para dejarlo plasmado en una hoja que antes estaba en blanco.

Hoy todo a mi alrededor es: Paz, tranquilidad y armonía... Ojalá me sienta así cada día de mi vida... Sé que tendré días buenos otros no tan buenos, pero lo realmente bello es que se den todos esos días. Una concatenación de ellos es mi vida, y ello lo hace positivamente hermoso de por si en si. En definitiva... estoy atravesando un bonito período dentro de mi mundo, un tanto sui géneris, pero muy válido para mí. En ese mundo mío incluyo, a todos aquellos que bien me quieren, incluso, puedo incorporar a personas que únicamente eran conocidos y ahora han pasado a formar parte de mi vida de alguna manera u otra.

En una época de mi vida tuve miedo, pero ahora puedo decir, que vivo sin miedo. He logrado y he llegado a conocerme como nunca lo había hecho, y ello puedo decir que ayuda mucho en el día a día. Por lo tanto intento potenciar y desarrollar todo aquello que existe dentro de mí y que antes desconocía. De alguna manera ese miedo, y desconocimiento de mí misma me estaba robando parte de mi felicidad.

La vida nos ofrece innumerables situaciones en las que buscar y encontrar la dicha, aunque la misma sigo manteniendo está muy dentro de nosotros. A la larga, los pequeños gustos y alegrías me mantienen más contenta, que cualquier experiencia o logro impresionante, dándome un impulso temporal, que intentaré permanezca en el tiempo. No quiero ser una mera espectadora de mi vida si no una forjadora de la misma.




karenken2kek

11 sept 2009

Aguardando En Calma...



Siento mi cuerpo y alma esperando,
en ansia vivo hasta ese momento.
Donde nada me distraiga.
y desdibuje, de aquella vez.

Sólo el deseo me adormece,
se aloja dentro de mí.
Viviendo en esperanza,
de el ansiado encuentro.

Desciendo al todo,
la actividad se apodera,
así, el tiempo fluye, rápidamente,
y me aproximo a ti,
deseando sentir tu presencia,
cerca de mí.

Orillada en la vereda,
en esa espera presente,
sabiendo que alguien me aguarda.
En el silencio, enciendo, una vela,
para guiarte hacia mí.

En la espera aguardamos,
en el horizonte nos divisamos.
La oportunidad de un momento,
mientras nos pensamos:
en el día, la atardecida,
la anochecida,
la amanecida, o la luna de abril.



setipeti

10 sept 2009

Sentires...



Sentires...

En nuestro interior,
creamos unos sentimientos,
no sabemos cómo llegan,
pero ahí están latiendo.

De dónde venís.
¡Qué sé yo!
Quizás de nuestras vivencias.

Es, el sentimiento, hecho: palabra,
silencio, mirada, beso, gesto, abrazo, sonrisa.
Es la expresión, del verbo, Amar.

Día a día se alimenta:
de todo y de todos.
Se engendra,
dentro de uno.

Vive, al abrigo,
de nuestro corazón.
A veces es: alegría,
pasión, ilusión.
Otras: tristeza, congoja,
desazón.

Son nuestros sentires,
que hemos de regar y cultivar,
todos son válidos,
porque son la propia vida.




omar2x

9 sept 2009

A veces...



A veces luciendo el sol,
se instala, la pena, en mi interior.
Son esos días grises,
que todo lo empañan.

Sin embargo hay,
que seguir camino,
sin caer en el precipicio.
Hay que huir del abismo.

Es cómo, aún, siendo día,
fuese a la anochecida.
Esa noche lóbrega,
¡qué me lástima!.

Pero, si dentro, del alma,
luce el fuego del Amor,
éste será mi bálsamo.

Porque, no, siempre,
el sentimiento que me embarga,
tiene vivencia en mí...



fritzita

7 sept 2009

¿Realidades o sueños?...



No sabría vivir,
sin vivir soñando.
Así vivo dos veces,
esos bellos instantes.

Soñando, imaginando,
vivo lo que anhelo,
son mis ensueños,
cargados de sentimientos.

Todo cabe en ellos:
deseos, ilusión, imaginación.
A veces, no quiero distinguir,
entre realidad y sueños,
porque es mi sentir,
y así lo deseo.

Sueño con el canto,
de un pequeño gorrión,
que quizás alguna vez,
se aposente en mi interior.

Sueño con la mar rizada,
de un azul plateado,
que estando lejos,
la percibo aquí.

Sueño con el susurro,
de unas palabras,
que levemente van llegando,
sólo he de estar escuchando.

Sueño con esas miradas,
que le calan a uno,
muy dentro del alma.

Y entre realidades,
sueños, vivo,
y voy tejiendo,
mis ensueños,
en cada uno de mis anhelos.




cinefilo56

4 sept 2009

El Hoy...



El hoy es mi día,

así día tras día,

sin pensar en más allá,

que no haya queja,

sí lucha,

sí paciencia,

sí ilusión,

sí pasión,

sí imaginación,

sí tesón,

todo, ello, en mis anhelos,

sin caer,

sin desfallecer,

viviendo en armonía,

cada uno de mis días.

Todo ha de llegar,

te será dado,

sin apenas percatarte.

Cubro hasta entonces,

todo ello de alegría.

Donde la vida me envuelve,

en todo instante,

con su permanente claridad.

Mi vida es el ahora,

es el instante,

que hoy felizmente,

me asiste.

Siendo potente,

hasta en los días más tristes.




3 sept 2009

Estoy no estando...



Estoy no estando,
pero no estando estoy,
¿existiré yo?,
claro que existo,
pero en estado silente estoy.

A veces me aíslo del mundo,
para escucharme a mí,
solamente a mí,
y no quiero, que nada, ni nadie, estorbe,
necesitando, fervientemente, la soledad.

Mi alma necesita estar,
a solas conmigo,
que nada la perturbe,
ni distraiga, en su estar,
sólo así me podré hallar.

De esa manera: siento,
vivo... viviendo, amo
aunque tu presencia no está,
pero la puedo palpar,
son esos tiempos esenciales,
que denotan que tú estás.



cinefilo56

1 sept 2009

Cambio...


Cambio...

De repente sin saberlo,
sin esperarlo ha llegado,
nuevamente un cambio.

Así transitamos,
por este mundo,
en el que nos hayamos.

Siento lo que no esperaba,
de pronto todo ha cambiado,
no me acecha el miedo,
al contrario es la sorpresa.

Estoy alerta, escucho,
sí, oyendo, atentamente, a mi alma,
no hago caso al pensamiento,
está sólo vigilante.

Aceptación ante la nueva llegada,
sea como fuere,
llegue como llegue...
Dejo que la misma vida me llene.

Ésta es un conjunto de sensaciones:
cálidas, aromáticas, llena de colores.

Es muy sencillo,
dejándome llevar.
Que la vida a mí me viva,
al cobijo de la luna.



Nalasul