Lágrimas...

Cuántas veces mis ojos,
se ven empañados de lágrimas,
suelen ser cristalinas,
resbalando por mis mejillas.

Pueden ser debido a: una alegría,
emoción o un daño causado.
Si son de alegría bienvenidas sean,
pero ¡ay! si son por algún daño,
o algo que no entiendo,
entonces siento tal congoja,
en el interior de mi alma…

Cuando ello sucede,
las dejo resbalar tranquilamente,
porque sé me sirven
de cura y en silencio desaparecen.

Abro entonces la ventana de mi alma,
y dejo entrar por ella nuevamente la alegría,
cambiando congoja por algarabía.

Transformándose la humedad de mi pena,
por trinos, de un ruiseñor,
que a cantar viene a mi vida.

El astro Sol se va,
con el la pena,
y la noche con sus estrellas me abraza,
volviendo así conmigo mi remanso de paz.



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