Sigo soñando...
Soñando con amores de sabor a menta
dándonos tiernos besos
siendo dulces, y traviesos
aún en la lejanía lenta.
Sueño en mi mente y ésta aumenta,
pronto han de llegar esos besos presos,
cautivos, amándolos, en excesos
calando así el amor que se complementa.
Se oye a lo lejos una melodía
vibrando sus sinfonías,
en los resquicios de la noche o el día.
Sensaciones tangibles a la amanecida,
enrollando cuerpo a cuerpo hasta la atardecida,
convirtiéndose en un gran rollo a eso de la anochecida.
No dejes jmaás de soñar Maite..ojalá esos bellos sueños se conviertan en realidad.
ResponderEliminarEscribes bellísimo.
Besitos.
bonitos versos..."Sigo soñando"
ResponderEliminares tan hermoso si se sueña que te besa ese ser al que tanto amas y quizas ni el lo sabe...todo en silencio
besos
Marina
Amores de sabor a menta...
ResponderEliminarque metáfora más bonita.
De las mejores que he leído. Cada día te superas, eso me alegra.
Abrazos.
Maite lindo poema de esperanza
ResponderEliminarojalas se cumplan tus sueños.
Cariños sigue soñando amiga.
Sueños de menta, mente y aumenta, este juego de palabras te ha quedado de cine.
ResponderEliminarMe gustan estos sueños mentolados!!
Un abrazo
Seguir soñando y no parar¡¡¡
ResponderEliminarQue no se apaguen nunca tus ideas
Mi niña querida, estoy descansando lo necesito. Pero entro de puntillas a leer. Sois como una droga que no quiero ni puedo dejar.
ResponderEliminarSigue soñando mi niña, no dejes de hacerlo, no importa como sean los sueños, estoy segura que en algunos estamos juntas tomando un delicioso café.
Mil besos mi niña preciosa
Siga usted soñando doña María Teresa siga usted, no desfallezca, que no hay nada más hermoso que tener la dicha inmensa de soñar aun estando despierta...
ResponderEliminarY verá usted, pues sí, y profundizando en el comentario que gentilmente dejó en mi página, sí, efectivamente mordía la oreja a aquella yegua y no es un decir, que es el caballo animal dominante y encelado que precisa le muestre presto el mozo quién es el que manda. Antes que la tal malparida de aquella yegua me intentara descabalgar levantándose de pies y manos ya mis dientes apresaban con tal fuerza el cartílago que más viera las estrellas de aquel cielo castellano la muy japuta.
Le dejo a usted hoy un dulce beso peregrino mi querida señora.
Hola cielo jamas dejes de soñar
ResponderEliminarun beso corazon