27 may 2011

El reloj...

El reloj...


El reloj marcaba la aguja

El tiempo pesaba como una piedra

Las lágrimas rodaban en añicos

Por la distancia en sus polos.


Éstos no tenían sentido por el amor ancho

En todos sus sentidos,

Ante la sensibilidad entre;

Dos amores pudiendo utilizar sus hechizos.


Siendo el uno para el otro puro deseo,

Sintiendo dentro de sus almas sus trinos,

Amar por Amar...


En el empeño que teje,

Haciendo vestir llenura en todo su sentir;

Sólo cabe en ello dos almas,

que necesitan ser reflejo nunca almas gemelas...

Sí, consonantes...

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