En la anochecida las horas eran segundos,
Segundos eternos no terminaban nunca.
Y ahí estábamos como si nada,
Porque el amor anidaba en cada suspiro nuestro.
Almas enamoradas en un mismo silencio,
Llegando a la madrugada sin darnos cuenta del tiempo,
No había tiempo sólo dulces y tiernas miradas.
Noche de ti en dulce pasión, imponiéndose el amor,
En esas nuestras manos anudadas sin decir nada...
Y sin darnos cuenta llego el nuevo día,
Con su dulce despertar y el amor renacía...
Hola Maite.
ResponderEliminarPrecioso poema y hermoso también es ser...Almas enamoradas en un mismo silencio, dejando pasar el tiempo en una amorosa compañía.
Un abrazo.
Ambar
Dulce despertar sintiéndose la Piel y notándose el calor bajo las sábanas.
ResponderEliminarPrecioso Poema.
Abrazos y besos.
Precioso amor el que se renueva y renace con cada amanecer.
ResponderEliminarBesos
Mil gracias querida poetisa por acariciar nuestra alma con la suprema belleza y sensibilidad de tus versos. Miles de besinos de esta amiga con inmenso cariño.
ResponderEliminarSe me olvido desearte feliz fin de semana. Muchos besinos querida poetisa.
ResponderEliminarEscrito en pretérito pero con la certeza de que se repetirá en el futuro, día tras día, amor eterno, amor del bueno.
ResponderEliminarUna ternura de poema querida.
Besos mil