Tú mi sueño...
Eres un sueño hecho realidad,
un día por una vereda,
sonriendo te vi llegar
con toda naturalidad,
me saludaste con bondad
reflejada en tu faz.
Tu mirada, al mirarme, se iluminó,
y algo se revolvió
en el fondo de mi interior.
Entonces ocurrió.
Dos almas quedaron prendadas,
por unos instantes o más
fundiéndose en compañía del pecado,
como calmante del deseado deseo,
para gloria de los dos.
Desde entonces siempre reino el amor,
fuimos todo y aún más.
En nosotros el ocaso se apagó,
y el alba se iluminó.
No hubo, despedida, es cierto,
porque supimos que no la había,
permaneciendo dentro de nuestra alma,
el ansiado y no prometido encuentro.
Un sueño hecho realidad en un amor incomparablemente bello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese Amor que deja de ser utopía y encuentra los caminos de la Realidad más placentera.
ResponderEliminarAbrazos y besos.