En esta vida a veces no soy constante,
Porque la pena llega a mí y me ata
Sin saber por qué me mata
Debo ser fuerte siendo caminante.
Seguir en la brecha siendo triunfante
De todo aquello que me maltrata
No haciendo caso a aquello que me capta,
Y espero con paciencia el diamante.
Tengo desvelo, pero no lo deseo
No quiero ser enojo,
Sin sentirme mal en lo que veo.
He de caminar adelante, y así lo escojo,
Siendo paciente en mi empleo
Siendo humilde sin enojo.
Pitufina nada de enojo, la vida es bella como estos versos de tu hermosa entrada.
ResponderEliminarBesos
me gusta da bonito da muy real
ResponderEliminarEn esta vida, Maria Teresa, la pena siempre nos lleva a la inconstancia o al vacio, y la paciencia a la humildad. Yo lo he vivido en mis propias carnes, especialmente la primera y
ResponderEliminarconozco muy bien sus resultados. Felicidades y un fuerte abrazo.
Asi me gusta mi Maite.
ResponderEliminarSegura de ti misma con paciencia y tranquilidad.
Malos momentos nos llegan a todos, llevo ausente desde día 25, empecé a comentar ayer.
Un abrazo.
Ambar.