Cuando contemplo...
en mis noches el Universo.
Ese inmenso cielo estrellado,
me quedo siempre absorta.
Pensando en la inmensidad
del espacio infinito.
Y me veo tan poquita cosa
conformando parte del mismo.
Que en su inmensidad me pierdo
y vuelan mis penas.
Yendo a su encuentro
fundiéndome con él.
Pudiendo de esa manera
con llenura de paz y sosiego.
Rebosar en mi toda la calma...
Para seguir viviendo.
La Vida nos va dando en ese nuestro caminar:
fragmentos, pedacitos, llenos de ese sentir,
que se aposenta en nosotros; sensaciones, ilusiones, anhelos, dolor que al vuelo podremos ir atrapando para hacerlos realidad, sí, el dolor tiene cabida, porque aunque parezca extraño nos ayuda: a discernir, a sentir, a percibir, a crecer, y a saber aceptar.
Nos da en ese caminar,
una senda llena de espinas y flores.
Como esas bellas rosas que aún teniendo
sus espinas, y sabiendo cribar nos podemos liberar.
Así es ella, con sus: penas, alegrías, sinsabores,
soledades, dicha, paz, felicidad, Amores.
La Vida es así y como tal debemos de aceptar,
cada día ya de por si nos ofrece un regalo en ese caminar, la vida nos regala cada día vida, y eso es vivir.
Cada día me ofrece sensaciones distintas,
y la intento vivir lentamente para así poder saborear.
Cuando amanece por suerte un nuevo día.
Nunca sé como va ser, y eso lo hace mágico.
la Vida... siempre me ofrece...
la Vida... siempre me da...
la Vida... siempre será Vida.
En mi despertar a la Vida.
nelson