
A veces luciendo el sol,
se instala, la pena, en mi interior.
Son esos días grises,
que todo lo empañan.
Sin embargo hay,
que seguir camino,
sin caer en el precipicio.
Hay que huir del abismo.
Es cómo, aún, siendo día,
fuese a la anochecida.
Esa noche lóbrega,
¡qué me lástima!.
Pero, si dentro, del alma,
luce el fuego del Amor,
éste será mi bálsamo.
Porque, no, siempre,
el sentimiento que me embarga,
tiene vivencia en mí...
fritzita