Érase que se era una niña llamada Blanca Flor. Tenía el pelo ensortijado, la boca menuda y graciosa, sus ojos color ámbar. Blanca Flor era una niña corriente pero con tal hechizo y simpatía, que le hacía parecer una criatura de indefinible belleza.
Blanca Flor vivía con su tía Lucinda y su hija Gervasia, ambas le hacían la vida imposible y a la edad de ocho años ejercía todas las labores de la casa. El día 31 de Diciembre estaba ensimismada leyendo un libro y por ello su tía la echo de la casa. No se puso triste, sino contenta así iría a casa de la Señorita Primavera, sabía que le gustaban las flores y que la quería mucho, pero no se atrevió porque no encontraba flores.
Nevaba mucho, tenía frío, ni un abrigo llevaba, pero tenía el calorcito de su cuerpecito.
Se encontró un señor muy mayor cargado con un haz de leña todo encorvado y Blanca Flor enseguida le dijo si le permitía su ayuda, el hombre viejecito se alegro ya no podía con su carga.
En su caminar llegaron a una choza, pero el anciano al tocarla se convirtió en un palacio, éste estaba cubierto de esmeraldas, torres de marfil, columnas de oro. De repente apareció un muchacho resplandeciente de hermosura y juventud, todo él irradiaba ventura.
El viejo dijo dios te salve Año Nuevo y a ti te bendiga dios Año Viejo.
El Año Nuevo le pregunto al Año Viejo quién era la niña tan linda y se lo explicó todo, porque en el camino fueron charlando, al Año Nuevo le dio pena y alegría a la vez, y le ofrecio a Blanca Flor todas las flores que quisiese.
Así se puso en camino a casa de la Señorita Primavera y en su regazo llevaba rosas muy bellas. Cuando llegó la Señorita Primavera se puso loca de contenta, porque la quería mucho y desde ese instante la adoptó como su hija, ambas lloraban de júbilo y sonreían a la vez, nunca más estarían solas... Serían madre e hija...
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
Blanca Flor vivía con su tía Lucinda y su hija Gervasia, ambas le hacían la vida imposible y a la edad de ocho años ejercía todas las labores de la casa. El día 31 de Diciembre estaba ensimismada leyendo un libro y por ello su tía la echo de la casa. No se puso triste, sino contenta así iría a casa de la Señorita Primavera, sabía que le gustaban las flores y que la quería mucho, pero no se atrevió porque no encontraba flores.
Nevaba mucho, tenía frío, ni un abrigo llevaba, pero tenía el calorcito de su cuerpecito.
Se encontró un señor muy mayor cargado con un haz de leña todo encorvado y Blanca Flor enseguida le dijo si le permitía su ayuda, el hombre viejecito se alegro ya no podía con su carga.
En su caminar llegaron a una choza, pero el anciano al tocarla se convirtió en un palacio, éste estaba cubierto de esmeraldas, torres de marfil, columnas de oro. De repente apareció un muchacho resplandeciente de hermosura y juventud, todo él irradiaba ventura.
El viejo dijo dios te salve Año Nuevo y a ti te bendiga dios Año Viejo.
El Año Nuevo le pregunto al Año Viejo quién era la niña tan linda y se lo explicó todo, porque en el camino fueron charlando, al Año Nuevo le dio pena y alegría a la vez, y le ofrecio a Blanca Flor todas las flores que quisiese.
Así se puso en camino a casa de la Señorita Primavera y en su regazo llevaba rosas muy bellas. Cuando llegó la Señorita Primavera se puso loca de contenta, porque la quería mucho y desde ese instante la adoptó como su hija, ambas lloraban de júbilo y sonreían a la vez, nunca más estarían solas... Serían madre e hija...
Colorín colorado este cuento se ha acabado.