Honestidad...
Como algunas veces... doy un enunciado, un concepto, un vocablo, una idea, un pensamiento. Y desde ahí... siempre partiendo desde mi punto de vista que no tiene porque ser el acertado. Reflexiono, pienso, interiorizo, discurro y dejo que las letras se vayan juntando unas con otras para decir un algo. Éste puede no estar en la línea correcta... ya que es mi percepción y no tiene porque ser aceptado por los demás, porque como he venido diciendo con anterioridad; ni adoctrino, ni siento cátedra. Simplemente... es como veo que van pasando por mi lado las cosas, en definitiva nuestro devenir en la vida... desde ese mi mundo un tanto sui géneris...
Hoy al hablar de honestidad no me estoy refiriendo a la honestidad y honradez que son palabras que utilizamos, no siempre con pleno conocimiento de lo que verdaderamente significan. Ser honrado para mí... no tiene nada que ver con la moralidad o con ser bueno o como queramos llamarlo, también tiene poco que ver... por poner un ejemplo: que me pillen robando en una tienda. No, no, no, no me refiero a eso.
La honradez... para mí es un acto de amor hacia nosotros mismos. El principal valor de esa honestidad está... en que cualquier cosa que demos en la vida la recibiremos de vuelta. Es decir; La Ley de causa y efecto... siempre opera a todos los niveles. Si menospreciamos o juzgamos, a otras personas, también nosotros seremos juzgados. Si siempre estamos enfadados, entonces encontraremos enfado dondequiera que vayamos. Por eso juega un papel tan importante el amor. Éste bien empleado puede abrirnos muchas puertas y creo que debemos empezar a amarnos a nosotros mismos, no, no, no es egolatría... es una realidad. Porque el amor que nos tenemos a nosotros mismos nos mantiene en armonía, paz, sosiego, con el amor en el devenir...
Muchas veces asumir la responsabilidad de mis propias experiencias no es un pensamiento que estoy dispuesta a aceptar siempre, tal vez, sólo algunas veces. Es mucho más fácil echar la culpa a algo que está fuera de mí, pero comprendo que no puede haber crecimiento espiritual mientras no reconozca que fuera de mí hay poca cosa de valor, que todo viene de dentro y hay que hacer un esfuerzo para mirar desde dentro hacia dentro. Si recuerdo una ocasión en que cogí algo y luego pienso en lo que acabo de perder, la relación entre las dos experiencias puede servir para abrirme los ojos. Las pérdidas casi siempre nos dañan en un aspecto importante de nuestra vida. Por poner un ejemplo: Si robamos algo en nuestro trabajo podríamos perder nuestro puesto en el mismo o bien si robamos en hoteles, restaurantes, grandes almacenes, etcétera, justificándose con el hecho de que estas empresas pueden permitirse el lujo de ser robadas. Este tipo de justificación no funciona; la ley de causa y efecto continúa operando para cada uno de nosotros. Por lo tanto me lo aplico a mí misma. Si robo algo, pierdo algo. Si doy, recibo. No puede ser de otra forma. Así lo veo desde este mi mundo y mi reflexión...
Si en mi vida hay muchas pérdidas o muchas cosas que van mal, podría examinar de qué forma he robado. Algunas personas que jamás soñarían siquiera con robar cosas, se sienten con todo el derecho del mundo de robar tiempo o autoestima a otras... Cada vez que hacemos sentir culpable a alguien le estamos robando su sentido de valía personal. Por ello he llegado a la conclusión partiendo de alguna manera de unas premisas... que para ser verdaderamente honrados en todos los aspectos, necesitamos examinarnos profundamente con el fin de llegar a conocernos a nosotros mismos, y así se evitarían muchos roces, mal entendidos, amén de un sin fin de cosas... que no son todo lo agradables, que uno quisiera en ese devenir de nuestra vida. Por lo tanto puedo aprender a crear mi conciencia. Sí, la deshonestidad desarmoniza mi vida, sin embargo la honestidad por el contrario puede enriquecerla desde dentro hacia dentro para poder luego ofrecérsela a los demás...
Como algunas veces... doy un enunciado, un concepto, un vocablo, una idea, un pensamiento. Y desde ahí... siempre partiendo desde mi punto de vista que no tiene porque ser el acertado. Reflexiono, pienso, interiorizo, discurro y dejo que las letras se vayan juntando unas con otras para decir un algo. Éste puede no estar en la línea correcta... ya que es mi percepción y no tiene porque ser aceptado por los demás, porque como he venido diciendo con anterioridad; ni adoctrino, ni siento cátedra. Simplemente... es como veo que van pasando por mi lado las cosas, en definitiva nuestro devenir en la vida... desde ese mi mundo un tanto sui géneris...
Hoy al hablar de honestidad no me estoy refiriendo a la honestidad y honradez que son palabras que utilizamos, no siempre con pleno conocimiento de lo que verdaderamente significan. Ser honrado para mí... no tiene nada que ver con la moralidad o con ser bueno o como queramos llamarlo, también tiene poco que ver... por poner un ejemplo: que me pillen robando en una tienda. No, no, no, no me refiero a eso.
La honradez... para mí es un acto de amor hacia nosotros mismos. El principal valor de esa honestidad está... en que cualquier cosa que demos en la vida la recibiremos de vuelta. Es decir; La Ley de causa y efecto... siempre opera a todos los niveles. Si menospreciamos o juzgamos, a otras personas, también nosotros seremos juzgados. Si siempre estamos enfadados, entonces encontraremos enfado dondequiera que vayamos. Por eso juega un papel tan importante el amor. Éste bien empleado puede abrirnos muchas puertas y creo que debemos empezar a amarnos a nosotros mismos, no, no, no es egolatría... es una realidad. Porque el amor que nos tenemos a nosotros mismos nos mantiene en armonía, paz, sosiego, con el amor en el devenir...
Muchas veces asumir la responsabilidad de mis propias experiencias no es un pensamiento que estoy dispuesta a aceptar siempre, tal vez, sólo algunas veces. Es mucho más fácil echar la culpa a algo que está fuera de mí, pero comprendo que no puede haber crecimiento espiritual mientras no reconozca que fuera de mí hay poca cosa de valor, que todo viene de dentro y hay que hacer un esfuerzo para mirar desde dentro hacia dentro. Si recuerdo una ocasión en que cogí algo y luego pienso en lo que acabo de perder, la relación entre las dos experiencias puede servir para abrirme los ojos. Las pérdidas casi siempre nos dañan en un aspecto importante de nuestra vida. Por poner un ejemplo: Si robamos algo en nuestro trabajo podríamos perder nuestro puesto en el mismo o bien si robamos en hoteles, restaurantes, grandes almacenes, etcétera, justificándose con el hecho de que estas empresas pueden permitirse el lujo de ser robadas. Este tipo de justificación no funciona; la ley de causa y efecto continúa operando para cada uno de nosotros. Por lo tanto me lo aplico a mí misma. Si robo algo, pierdo algo. Si doy, recibo. No puede ser de otra forma. Así lo veo desde este mi mundo y mi reflexión...
Si en mi vida hay muchas pérdidas o muchas cosas que van mal, podría examinar de qué forma he robado. Algunas personas que jamás soñarían siquiera con robar cosas, se sienten con todo el derecho del mundo de robar tiempo o autoestima a otras... Cada vez que hacemos sentir culpable a alguien le estamos robando su sentido de valía personal. Por ello he llegado a la conclusión partiendo de alguna manera de unas premisas... que para ser verdaderamente honrados en todos los aspectos, necesitamos examinarnos profundamente con el fin de llegar a conocernos a nosotros mismos, y así se evitarían muchos roces, mal entendidos, amén de un sin fin de cosas... que no son todo lo agradables, que uno quisiera en ese devenir de nuestra vida. Por lo tanto puedo aprender a crear mi conciencia. Sí, la deshonestidad desarmoniza mi vida, sin embargo la honestidad por el contrario puede enriquecerla desde dentro hacia dentro para poder luego ofrecérsela a los demás...
3 comentarios:
Conociéndonos como humanos que somos , sabremos lo que como tales debemos hacer.En una vida desarmonizada , pesa mucho el pasado y no somos conscientes de que el presente pasa , y lo maravilloso que es vivir la vida se convierte en un padecer la vida o lo que es peor aún en soportarla.
¡Me ha gustado tu postura ante la vida y te aplaudo!
Besos.
Hola Maite.
Hace tiempo que no nos visitamos, sea cual sea la razón, me gusta leerte porque pones tus sentimientos en todo lo que escribes, estas letras de hoy, son muy profundas y ciertas, gracias por compartir tu modo de pensar y sentir.
Un abrazo y un buen fin de semana.
Ambar
¡Hola! Mª Teresa Alejandra estoy de acuerdo con lo que expresas en tus letras, lo que hacemos en nuestra vida, nos vuelve a nosotros otra vez.
Hay que ser honrados con nosotros mismos y así podremos ser con los demás. Un abrazo
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